domingo, 11 de diciembre de 2011

Paleolítico - Isabel II

Mapa de europa S. XVII despues del tratado de Westfalia


Felipe IV comienza su reinado con una ofensiva política exterior en varios frentes. Dos conflictos lo llevaron a la guerra con francia:
- Guerra de los treinta años como aliada de los Austrias alemanes en alemanes en su lucha contra los príncipes protestantes germanos y las potencias que los apoyaban. Entrelazada con este conflicto aparece la guerra contra las Provincias Unidas.
Las victorias del bando católico hicieron temer a Francia que la monarquía Hispánica alcanzase la hegemonía completa por ello Francia, intervino con los protestantes. La intervención francesa provocó el descalabró español que se materializó en dos grandes derrotas militares: la batalla de las Dunas y la batalla de Rocroi.

La Paz de Westfalia puso fin al conflicto en Centroeuropa. Significó por parte de España la aceptación de la independicia de las Provincias Unidas y el final de la hegemonía de los Austrias en Europa.

- El otro hecho fue la guerra con Francia que no concluyó con la Paz de los Pirineos sino que Francia obtuvo una parte de Cataluña y algunas plazas fortificadas en Flandes y Luxemburgo.

Mapa del Imperio Español en la época de Felipe II



Felipe II empieza a gobernar en 1.556 con un ideario muy similar al de su padre: fortalecer el catolicismo y engrandecer el poderío hispánico.





Desde 1.566, el problema central de la política exterior de Felipe II fue Flandes. El conflicto de los Países Bajos era la suma de las aspiraciones de autonomía política de la nobleza flamenca, encabezada por Guillermo de Nassau y el Conde de Egmont. La intransigencia de Felipe II ante la libertad de cultos fue total y las medidas militares fueron la respuesta, enviando al Duque de Alba, primero, y Luis de Requesens, más tarde, para sofocar la rebelión por medio de los tercios de Flandes. El conflicto se internacionalizó por la ayuda que Guillermo de Nassau recibió de Inglaterra, de los protestantes alemanes y de los protestantes franceses. En los Países Bajos se dirimía algo más que un problema regional. Al final, el país quedó dividido entre una zona norte de mayoría protestante, y una zona sur mayoritariamente católica.

El apoyo dado por los ingleses a los rebeldes flamencos supuso un cambio en las relaciones con Inglaterra. En el primer período de su reinado, Felipe II había mantenido buenas relaciones, pues estaba casado con la reina de Inglaterra María Tudor. La muerte de esta última y la subida al trono de Isabel I varió el panorama. La nueva reina ofreció su apoyo a los calvinistas flamencos y animó los ataques de los corsarios ingleses. Felipe II decidió el ataque a las propias islas.

Pero quizá lo más espectacular del reinado de Felipe II fue la unión con Portugal, que configuró no sólo la unidad territorial peninsular, sino la de todos los dominios americanos y africanos de ambas potencias.

El mantenimiento del Imperio en Europa y América iba a provocar fuertes tensiones en el interior peninsular:

- Los disturbios de Aragón en defensa de sus fueros indican hasta qué punto estaba poco unida la Monarquía católica a finales del siglo XVI. La falta de un sentimiento de unidad nacional entre sus distintos componentes era patente. La preparación del conflicto venía de tiempo atrás y estaba relacionada con la tenaz defensa que los aragoneses hacían de sus fueros y con un cierto sentimiento anticastellano desarrollado entre la población.

Felipe II vivió casos de conflictividad. El descontento de los moriscos de las Alpujarras tuvo dos bases fundamentales. Por un lado, el progresivo empeoramiento de sus condiciones materiales de vida: fuertes impuestos sobre la producción sedera e importantes expropiaciones de sus tierras por parte de la Corona. Por otro lado, la permanente presión de la Corona para anular sus diferencias culturales económicas y religiosas. Finalmente, en 1.609, bajo el reinado de Felipe III, se decidió la expulsión de los moriscos de España

Mapa Europa del S.XVI


En 1516 Carlos I fue proclamado rey de Castilla y un año después llegó a España procedente de los Países Bajos. El joven rey asumía la importante herencia territorial de los Reyes Católicos: Castilla, Aragón y Navarra, además de todos los restantes territorios que estos reinos poseían en Italia, el norte de África y América. Al morir su abuelo Maximiliano de Austria heredó sus posesiones en Alemania y Austriaademás de los derechos al título de emperador del Sacro Imperio. Su legado era un conjunto heterogéneo de territorios que solamente tenían en común a su monarca y que se hallaban dispersos por el mapa europeo y extraeuropeo.

La idea de monarquía universal se enfrentaba a la oposición de Francia, la otra gran potencia de Europa. Durante el reinado de Carlos V ambos países se enfrentaron en el norte de Italia y en Flandes y Borgoña. Carlos V quería neutralizar a Francia y desalojarla definitivamente de Italia. Finalmente, después de la batalla de Pavía, se firmaron la Paz de Cambrai y la Paz de Cateau-Cambrésis.

La otra gran amenaza fue la expansión del imperio otomano. Los turcos habían iniciado una expansión por los Balcanes, amenazando las posesiones imperiales en Austria.

El asunto más grave fue la expansión del protestantismo que representó la ruptura de la unidad de la Iglesia católica. La lucha con el protestantismo se convirtió en la principal preocupación del emperador preocupación del emperador.

Felipe II hereda el trono con unos objetivos muy parecidos a los de su padre. Respecto a la política exterior tenemos que destacar la rebelión con Flandes. El conflicto de los Países Bajos era la suma de las aspiraciones de autonomía política de la nobleza flamenca, encabezada por Guillermo de Nassau y el Conde de Egmont. La intransigencia de Felipe II ante la libertad de cultos fue total y las medidas militares fueron la respuesta, enviando al Duque de Alba, primero, y Luis de Requesens, más tarde, para sofocar la rebelión por medio de los tercios de Flandes. El conflicto se internacionalizó por la ayuda que Guillermo de Nassau recibió de Inglaterra, de los protestantes alemanes y de los hugonotes (protestantes) franceses. En los Países Bajos se dirimía algo más que un problema regional. Al final, el país quedó dividido entre una zona norte de mayoría protestante, y una zona sur mayoritariamente católica. Pero quizá lo más espectacular del reinado de Felipe II fue la unión con Portugal, que configuró no sólo la unidad territorial peninsular, sino la de todos los dominios americanos y africanos de ambas potencias. La muerte del rey de Portugal, Don Sebastián, convirtió a Felipe II en heredero de la Corona portuguesa en 1.580. Dos reinados se reunían bajo un mismo centro, lo que no impidió que en Portugal siguiera manteniéndose una corriente a favor de su separación del hegemónico vecino castellano.

Mapa Reinos Cristianos y Musulmanes Alta Edad Media


Desde mediados del siglo XI, los reinos cristianos ampliaron su espacio geográfico a costa de los territorios musulmanes. Este avance sobre Al-Andalus se desarrolló en una seria de etapas, que coinciden con la ocupación de los valles de los grandes ríos peninsulares y el litoral mediterráneo.

- Primera etapa: Se desarrolló entre le comienzo de la crisis del Califato cordobés (1.008) y la iniciación de los avances cristianos, a mediados del siglo XI.

- Segunda etapa: Comprende la ocupación de los valles de los ríos Tajo y Ebro. Ocupación de la taifa de Toledo y toma de Zaragoza (1.118). ALFONSO VI de Castilla y León y ALFONSO I EL BATALLADOR de Aragón.

- Tercera etapa: Comprende el avance de los reinos cristianos hacia los valles del Guadiana y ríos Turia y Júcar. Una nueva reacción musulmana fue protagonizada por los almohades del Norte de África, que consiguieron detener nuevamente el avance cristiano y unificar, aunque por poco tiempo, Al-Andalus.

- Cuarta etapa: Expansión sobre el territorio de Al-Andalus a lo largo del siglo XIII, con los escenarios del valle del Guadalquivir para Castilla, y el litoral mediterráneo para los catalano-aragoneses.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Mapa de la División Administrativa de la Hispania Romana


La conquista romana de Hispania fue un proceso histórico de dominio militar y de transformación sociocultural. Este proceso se ha dividido en tres etapas:

- Los inicios, en el contexto de la segunda guerra púnica. Las guerras púnicas enfrentaron intermitentemente a Roma con Cartago por lograr la hegemonía en el mar Mediterránieo occidental entre el 264 a.C y el 146 a.C.

- La conquista del interior peninsular. El interés romanno se centró en la conquista de la zona interior. Esta vez la oposición de los pueblos peninsulares fue mayor.

- Sometimiento de los pueblos cantábricos. El sometimiento de la cornisa cantábrica se inició con las guerras cántabras que acabaron con el control más o menos efectivo de cántabros, astures y galaicos.

Mapa de División de Pueblos Prerromanos

Antes de la llegada de los romanos la Península Ibérica fue invadida por numerosos pueblos prerromanos.

1. Iberos

Los iberos se extendieron por toda el área levantina, desde los Pirineos hasta Gades (Cádiz), aunque su zona de influencia abarcaba una importante franja interior, desde el valle del Ebro hasta el valle del Guadalquivir. Entre los siglos V y III a. C., los distintos pueblos iberos adquirieron grados de desarrollo social y político diversos. La mayor parte estaban dirigidos por una aristocracia que controlaba la producción del campesinado e imponía su dominio mediante la fuerza militar. De las muestras artísticas que se conservan, destacan una serie de esculturas, entre las que destacan la Dama de Elche la de Baza, la del cerro de los Santos o la llamada Bicha de Balazote así como la célebre falcata ibérica.


2. Celtíberos

Los celtíberos son, en realidad, un conjunto de pueblos que habitaban ambas mesetas cuando se produjo la conquista romana. Se establecían en poblados pequeños pero muy fortificados, poseían una metalurgia del hierro avanzada y una artesanía textil muy apreciada por los antiguos.


3. Celtas

Los celtas llegaron a la Península en los inicios del primer milenio, procedentes del Centroeuropa y se asentaron en la Meseta norte y en el noroeste. Aportaron numerosos avances técnicos a la zona, como el uso de la metalúrgica. Sus asentamientos más representativos fueron los castros.